Receta de Inicio de Masa Madre Sin Levadura Comercial

Harina integral: La harina integral es rica en nutrientes y microorganismos que ayudan en el proceso de fermentación natural.

Agua: El agua es el líquido esencial que activa los microorganismos presentes en la harina integral, permitiendo que la masa madre fermente y crezca.

Para asegurar un buen desarrollo de tu masa madre, es importante utilizar harina integral de buena calidad y agua sin cloro. Si el agua del grifo contiene cloro, puedes dejarla reposar durante 24 horas para que el cloro se evapore o usar agua filtrada. Además, asegúrate de remover bien la mezcla cada vez que la alimentes para incorporar aire, lo que ayudará a activar los microorganismos presentes en la harina y el ambiente.

• 100 g whole wheat flour - Sustituir con 100 g rye flour: La harina de centeno tiene una alta actividad enzimática que ayuda a iniciar la fermentación de la masa madre.

• 100 g whole wheat flour - Sustituir con 100 g all-purpose flour: Aunque no tiene el mismo contenido de fibra, la harina de uso general puede funcionar para iniciar la masa madre.

• 100 ml water - Sustituir con 100 ml pineapple juice: El jugo de piña tiene una acidez que puede ayudar a acelerar el proceso de fermentación inicial.

• 100 ml water - Sustituir con 100 ml apple cider: El sidra de manzana tiene azúcares naturales y una acidez que pueden promover el crecimiento de levaduras y bacterias beneficiosas.

• Para almacenar tu masa madre a corto plazo, guárdala en un frasco hermético en el refrigerador. Esto ralentizará su actividad y solo necesitarás alimentarla una vez a la semana.
• Si planeas no usar tu masa madre por un tiempo más prolongado, puedes optar por congelarla. Coloca una porción de la masa madre en una bolsa de congelación, asegurándote de eliminar todo el aire posible antes de sellarla.
• Antes de congelar, asegúrate de que tu masa madre esté en su punto óptimo de actividad, es decir, después de haber sido alimentada y haber crecido adecuadamente.
• Para reactivar la masa madre congelada, descongélala en el refrigerador durante la noche. Luego, déjala a temperatura ambiente y aliméntala con 100g de harina integral y 100ml de agua. Repite este proceso durante 2-3 días hasta que vuelva a burbujear y crecer como antes.
• Si prefieres secar tu masa madre para almacenarla, extiende una capa fina sobre una hoja de papel pergamino y deja que se seque completamente. Una vez seca, rompe la masa en pedazos pequeños y guárdalos en un frasco hermético en un lugar fresco y oscuro.
• Para rehidratar la masa madre seca, mezcla los pedazos secos con una cantidad igual de agua y deja reposar durante unas horas. Luego, aliméntala con 100g de harina integral y 100ml de agua, y repite el proceso hasta que vuelva a estar activa.

• Precalienta el horno a 180°C (350°F).
• Coloca la masa madre en una bandeja para hornear.
• Cubre la bandeja con papel aluminio para evitar que se seque.
• Hornea durante 10-15 minutos o hasta que esté completamente caliente.
• Si prefieres usar el microondas, coloca la masa madre en un recipiente apto para microondas.
• Cubre el recipiente con una tapa apta para microondas o un plato.
• Calienta en intervalos de 30 segundos, removiendo entre cada intervalo, hasta que esté caliente.
• Para un toque extra, puedes tostar ligeramente la masa madre en una sartén a fuego medio durante unos minutos, removiendo constantemente para evitar que se queme.

• frasco: Un recipiente de vidrio o plástico con una boca ancha para facilitar la mezcla y la alimentación de la masa madre.

• tela: Una tela limpia y transpirable para cubrir el frasco, permitiendo que el aire circule mientras mantiene fuera el polvo y los insectos.

• cuchara de madera: Una cuchara de madera o plástico para mezclar la harina y el agua sin introducir metales que puedan reaccionar con la mezcla.

• balanza de cocina: Una balanza precisa para medir exactamente 100 gramos de harina y 100 ml de agua.

• medidor de líquidos: Un vaso medidor para asegurarse de que se está utilizando la cantidad correcta de agua.

• espátula de silicona: Una espátula para raspar los lados del frasco y asegurarse de que toda la harina esté bien incorporada.

• paño de cocina: Un paño limpio para limpiar cualquier derrame y mantener el área de trabajo ordenada.

• cronómetro: Un cronómetro o temporizador para recordar alimentar la masa madre cada 24 horas.

Usa agua filtrada: El agua filtrada ayuda a evitar impurezas que puedan afectar el crecimiento de la masa madre.

Mantén la temperatura: Asegúrate de que la mezcla repose en un lugar cálido para acelerar el proceso de fermentación.

Utiliza harina fresca: La harina integral fresca contiene más nutrientes y microorganismos que ayudan en la fermentación.

Alimenta a la misma hora: Alimenta la mezcla a la misma hora cada día para mantener un ritmo constante de fermentación.

Usa un frasco grande: Un frasco grande permite que la masa madre crezca sin desbordarse, ahorrando tiempo en limpieza.