Receta de Galletas Cathead

Harina: Es la base de la masa y proporciona estructura a las galletas.

Polvo de hornear: Ayuda a que las galletas suban y queden esponjosas.

Sal: Realza los sabores de los demás ingredientes.

Mantequilla: Añade sabor y una textura rica y hojaldrada a las galletas.

Leche: Hidrata la masa y ayuda a unir todos los ingredientes.

Para obtener una textura más ligera y esponjosa en las galletas, asegúrate de no trabajar demasiado la masa. Una vez que agregues la leche, mezcla solo hasta que los ingredientes estén combinados. Además, utiliza mantequilla bien fría y córtala en cubos pequeños para que se distribuya uniformemente, creando pequeñas bolsas de vapor durante el horneado que ayudarán a que las galletas se eleven y queden más aireadas.

• harina - Sustituir con harina integral: La harina integral añade más fibra y nutrientes a las galletas, aunque puede cambiar ligeramente la textura.

• harina - Sustituir con harina de almendra: Para una opción sin gluten, la harina de almendra es una excelente alternativa, aunque puede hacer que las galletas sean más densas.

• polvo de hornear - Sustituir con bicarbonato de sodio y crema de tártaro: Mezcla ¼ cucharadita de bicarbonato de sodio con ½ cucharadita de crema de tártaro para obtener un efecto similar al polvo de hornear.

• sal - Sustituir con sal marina: La sal marina puede dar un sabor más complejo y natural a las galletas.

• mantequilla - Sustituir con margarina: La margarina puede ser utilizada en lugar de la mantequilla, aunque puede cambiar ligeramente el sabor y la textura.

• mantequilla - Sustituir con aceite de coco: El aceite de coco es una alternativa saludable que puede añadir un ligero sabor a coco a las galletas.

• leche - Sustituir con leche de almendra: La leche de almendra es una opción sin lácteos que puede ser utilizada en lugar de la leche regular.

• leche - Sustituir con leche de soja: La leche de soja es otra alternativa sin lácteos que funciona bien en la mayoría de las recetas de galletas.

• Deja que las galletas se enfríen completamente a temperatura ambiente antes de almacenarlas.
• Coloca las galletas en un recipiente hermético para mantener su frescura. Puedes usar un tupperware o una bolsa con cierre hermético.
• Si planeas consumirlas en los próximos días, guárdalas a temperatura ambiente en un lugar fresco y seco. Las galletas se mantendrán frescas durante unos 3-4 días.
• Para una conservación más prolongada, puedes refrigerar las galletas. Colócalas en un recipiente hermético y guárdalas en el refrigerador. Durarán hasta una semana.
• Si deseas congelar las galletas, envuélvelas individualmente en papel film o papel de aluminio para evitar que se peguen entre sí.
• Coloca las galletas envueltas en una bolsa para congelar con cierre hermético o en un recipiente apto para el congelador. Etiqueta la bolsa o el recipiente con la fecha.
• Las galletas congeladas se mantendrán en buen estado durante unos 2-3 meses.
• Para descongelar, simplemente saca las galletas del congelador y déjalas a temperatura ambiente durante unas horas. También puedes calentarlas en el horno a baja temperatura durante unos minutos para devolverles su frescura.

• Precalienta el horno a 175°c (350°f). Coloca las galletas en una bandeja para hornear y cúbrelas con papel de aluminio para evitar que se sequen. Caliéntalas durante 10-15 minutos o hasta que estén bien calientes.

• Si prefieres usar el microondas, coloca las galletas en un plato apto para microondas y cúbrelas con una toalla de papel húmeda. Caliéntalas en intervalos de 20-30 segundos hasta que estén calientes. Ten cuidado de no sobrecalentarlas, ya que pueden volverse gomosas.

• También puedes usar una sartén. Calienta una sartén a fuego medio-bajo y coloca las galletas en la sartén. Cúbrelas con una tapa y caliéntalas durante unos 5 minutos, dándoles la vuelta a la mitad del tiempo para que se calienten de manera uniforme.

• Si tienes una freidora de aire, precaliéntala a 160°c (320°f). Coloca las galletas en la cesta y caliéntalas durante 3-5 minutos o hasta que estén bien calientes y crujientes por fuera.

• Para una opción rápida, puedes usar una tostadora. Corta las galletas por la mitad y colócalas en la tostadora. Tuéstalas en el ajuste más bajo hasta que estén calientes y ligeramente crujientes.

• Horno: Para precalentar a 220°C (425°F) y hornear las galletas.

• Bowl grande: Para mezclar la harina, el polvo de hornear y la sal.

• Cuchillo: Para cortar la mantequilla en cubos.

• Cortador de masa o tenedor: Para mezclar la mantequilla con los ingredientes secos hasta obtener una textura arenosa.

• Cuchara de medir: Para medir la harina, el polvo de hornear y la sal.

• Taza de medir: Para medir la leche.

• Bandeja para hornear: Para colocar las bolas de masa y hornearlas.

• Papel pergamino: Opcional, para cubrir la bandeja y evitar que las galletas se peguen.

• Rejilla de enfriamiento: Para dejar enfriar las galletas después de hornearlas.

Prepara todos los ingredientes con anticipación: Mide y corta la mantequilla antes de empezar para que todo esté listo para mezclar.

Usa un procesador de alimentos: Mezcla la harina, el polvo de hornear y la mantequilla en un procesador para ahorrar tiempo.

No sobretrabajes la masa: Mezcla solo hasta que los ingredientes estén combinados para evitar que las galletas queden duras.

Haz bolas grandes: Formar bolas grandes de masa te ahorrará tiempo en comparación con hacer muchas pequeñas.

Precalienta el horno: Asegúrate de que el horno esté a la temperatura correcta antes de empezar a hornear para evitar demoras.